martes, 4 de septiembre de 2012

Aquí tontos somos todos

La frase del título de esta entrada ha sido para mí uno de los momentos más curiosos que he vivido como monitor con personas con discapacidad. El protagonista de la frase fue J.F. el mismo chico que fue protagonista de la entrada anterior, la de la visita al hospital.

Esto ocurrió en ese mismo campamento un par de días después de la visita al hospital. Este chico suele tener buena actitud, aunque cuando se enfada tiende a hacer putaditas variadas y sobre todo a insultar, esto último cuando lo hace con los monitores es especialmente gracioso porque sabe que está haciendo algo mal y lo hace como con la boca pequeña.

Cuando discute con sus compañeros puede ser especialmente cruel, un ejemplo, tras discutir, no recuerdo de qué, con un chico que iba en silla de ruedas se puso a correr dando vueltas a su alrededor al grito de: "mira paralítico de mierda como corro que tú no puedes".

Este día en cuestión estaba discutiendo con otro compañero tampoco nada importante, y de repente el otro chico le dijo algo como "Joder J es que eres tonto". J.F. contestó "Tcht, tcht que aquí tontos somos todos". Yo estaba presente y en ese momento actuamos resolviendo el conflicto, hablando con ellos y consiguiendo que hicieran las paces, todo esto a la vez que aguantábamos un ataque de risa importante.

Cuando ya nos pudimos reír y se nos pasó el ataque, empecé a pensar en el fondo de la frase. Esa frase de J. F. pone de manifiesto una cosa que yo hasta entonces no me había planteado. Cuántos de estos chicos y chicas son conscientes de su situación, cuántos son conscientes de su discapacidad? Desde entonces he empezado a fijarme más y me he dado cuenta de que son muchos. Y es más, la gran mayoría de los que son conscientes de su discapacidad la aceptan y disfrutan de la vida todo lo que pueden.

Este análisis que ha sido poco a poco a lo largo de mucho tiempo me ha llevado a otras reflexiones, sobre todo viendo las reacciones que gente sin discapacidad tiene muchas veces hacia este colectivo. Muchas veces la primera reacción es de pena, compasión, lástima... el típico "Pobrecitos" que tantas veces he oído.

No es que esta reacción tenga nada de malo, ni mucho menos, a todos nos ha pasado alguna vez, es más, ese "pobrecitos" es el que ha hecho que mucha gente se anime a conocer al colectivo y a trabajar y vivir experiencias increíbles con ellos. Sin embargo, planteémonos ciertas cuestiones, ¿cuántos de nosotros somos realmente conscientes de nuestras limitaciones? ¿Cuántos de nosotros siendo conscientes de nuestras limitaciones las aceptamos? ¿Cuántos de nosotros aceptando nuestras limitaciones hacemos algo para superarlas?

Desde que he empezado a plantearme estas preguntas he empezado a conocerme mucho mejor, descubrir las limitaciones de uno, sean en el campo que sean es imprescindible para poder mejorarlas si es necesario, pero también es muy importante para conocer realmente y valorar cuáles son nuestras fortalezas y poder desarrollarlas mejor. Actividades que pongan a prueba tus conocimientos, tus capacidades y que te lleven al límite emocionalmente son las que pueden ayudarte a conocerte a ti mismo. La rutina del día a día en la que te encuentras seguro no ayuda a desarrollarse como persona.

En definitiva, "Aquí tontos somos todos", pero ¿quién es más tonto?, el que conoce sus puntos débiles o el que dice "pobrecitos" y nunca se ha parado a analizarse a sí mismo.

3 comentarios:

  1. Aquí tontos somos todos! Que grande!

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  2. Vale,es lo primero que leo de tu blog y no puedo criticar nada... Pero qué gran reflexión... Buena lección antes de dormir :-)
    Leeré más,keep on going!

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  3. Jeje, qué buena entrada, yo recuerdo grandes momentos de J.F., por si en algún momento te sirven. Actualízate hoy, que tienes tiempo. Muak

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