Semana Santa 2006, había una señora en el campamento, cuyas siglas son J.P., que era un poco revoltosa, en general estaba tranquila pero podías pasar por su lado y de repente te daba un azote más bien fuertecito y ella se reía. Le gustaba mucho comer y un día decidió irse a dar un paseo por su cuenta.
Ocurrió el día del mercadillo en el pueblo donde estábamos pasando la semana, habíamos ido todos los monitores con nuestros grupos y la verdad es que había bastante gente y era un poco difícil tener controlados en todo momento a los chavales.
En uno de esos momentos, mientras la monitora de J.P. compraba un regalito para otra de sus chicas, ésta decidió que era un buen momento para irse ella solita de marcha. Básicamente desapareció y desde entonces la apodamos cariñosamente la Ninja.
En primer lugar había entrado en una tienda, cogió una camiseta que le gustaba y se fue, evidentemente, sin pagar. Después entró en una residencia de ancianos, se sentó como una más y la dieron de merendar y por último se había ido a dar una vueltecita por un montecillo que había cerca y que era como un parque. Todo un día de excursión con souvenirs y merienda gratis. Si lo sé, me voy con ella.
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