A nadie le gustan las despedidas y mucho menos cuando parecen suponer un adios definitivo, menos todavía cuando no parece que haya una explicación sólida detrás. La Fundación ANDE, con la que hacía el voluntariado que estaba empezando a llenar de historias este blog, ha decidido cerrar el departamento de Ocio.
Hoy finalmente se ha hecho público y los móviles y las redes sociales se están llenando de mensajes con sentimientos dispares, abundan la tristeza, la frustración y la rabia. Cada uno nos enfrentamos a estas noticias que nos duelen de diferentes maneras, yo la mejor forma que encuentro de explicar lo que siento es robarle una frase a Elena Aguado, una compañera y amiga de los campamentos: "Es como si se rompiera una familia".
Sin embargo, quiero hacer un esfuerzo y no pensar en el dolor que me causa que me hayan quitado este trocito de mi vida. Creo que hoy, más que nunca, es el momento de valorar y recordar todas las cosas buenas que me ha aportado esta peculiar familia.
Empezaré por los chavales porque son ellos el motivo por el que hemos hecho este trabajo. Gracias a todos y a cada uno de ellos, por los buenos momentos que nos han hecho a encariñarnos con ellos, a no querer separarnos de ellos cuando terminaba cada actividad y gracias también por los malos momentos que nos han ayudado a aprender y a mejorar como personas.
Gracias a los coordinadores, porque sé el esfuerzo y el trabajo que supone cada actividad que nos toca realizar, porque sé el cariño con el que nos enfrentamos a cada coordinación, por los momentos difíciles que a todos nos ha tocado pasar y por esa voluntad continua de no querer quitar la sonrisa y hacer que la procesión vaya por dentro tantas y tantas veces.
Pero los que más merecen unas palabras de cariño y de gratitud son los voluntarios. Estas actividades no se podrían realizar sin ellos. En el momento en el que nos ha tocado vivir, donde lo económico parece dominar sobre el resto de aspectos de la vida, he visto a muchísimas personas desde que yo empecé en esto y todas con el ánimo de intentar hacer algo bueno por los demás. A mí esto me ha ayudado a reconciliarme con el mundo cada vez que me enfadaba por las injusticias que cada día vemos por la televisión. Veros a vosotros, apartando problemas sentimentales, de familia, laborales, económicos para pasar unos días trabajando como bestias en condiciones que a veces no son las más favorables... No tengo palabras para haceros llegar lo que para mí era esto.
Cada mañana que he ido como coordinador a despertar a los monitores, cada una de esas mañanas, levantar a la gente para un nuevo día de duro trabajo, sabiendo que muchos han podido dormir poco, que las noches son duras por ronquidos, gritos y pañales... Ver como después de todo empezábais el día con una sonrisa sabiendo que podía ser igual o más duro que el anterior, ver esto, lo conservaré siempre como prueba de que siempre habrá esperanza para que el mundo mejore si gente como vosotros anda suelta por él.
Quedáos con estos buenos momentos, los que realmente hayan sido importantes para vosotros y atesoradlos porque, como a mí, os darán fuerza para afrontar momentos más duros. Por mi parte seguiré escribiendo en este blog y será mi forma de conservarlos y compartirlos.
Quiero dejar claro que esto para es un hasta luego, la vida da muchas vueltas y los que ahora perdamos el contacto por el cierre de esta familia seguro que volvemos a encontrarnos en el futuro, siempre con nuevas historias que contar y sobre todo con todas las que siempre nos unirán, las que hemos vivido juntos en ANDE.
Qué bonitas palabras, Jorge...
ResponderEliminarComparto contigo el sentimiento que muchas veces nos invade cuando reflexionamos sobre la situación actual a muchos niveles (económico, político, social...). Cuando quieres cambiar el mundo y no sabes cómo hacerlo. Y algo te corroe por dentro y acabas pensando que los "grandes" cambios no están en tu mano, sino en manos de personas que no quieren esos cambios.
En esos momentos, sólo hay un pensamiento, una convicción, una solución que me convence:
lo mejor que podemos hacer es invertir nuestro tiempo, dedicar nuestra vida a hacer "un poquito mejores" la vida de los demás. En el círculo familiar, con los amigos y a todos a los que puedas llegar. Algo que nos queda y nunca nos podrán quitar, es el apreciar lo que tenemos, estar agradecidos por ellos... y distribuir un poquito de alegría y amor y felicidad a nuestro alrededor.
Una etapa termina, pero sólo es el comienzo de lo que está por llegar.
me gustaria saber cm puedo despedirme de 3 monitores/ras voluntarios/as hoy es su dia final
ResponderEliminarmandarme la ayuda por correo miguelylara21@hotmail.com urgente es para hoy y lo necesito antes de las 16:15
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