¿Qué haces cuando los medios con los que cuentas para hacer tu trabajo te parecen insuficientes? Opciones hay muchas, quejarte al jefe, buscar medios alternativos para hacer la misma tarea, rajarte y dejar de hacer ese trabajo o hablando en plata joderte, aguantarte y tirar con lo que haya porque hay que hacerlo y punto.
Este ha sido el caso en más de una ocasión a la hora de las duchas en los campamentos del voluntariado, el nombre de esta entrada en particular viene de una frase que dijo en aquel campamento un compañero voluntario y posteriormente también coordinador, Víctor Miñana, un auténtico crack.
La situación en la que dijo esta frase fue una tarde a la hora de las duchas, para poneros en situación os recordare que yo tenía en mi grupo a Prats un señor muy majete que va en silla de ruedas y Víctor llevaba a otro chico D.O. Supuestamente el hotel al que íbamos era un hotel adaptado para personas con discapacidad, pero de lo que te dicen a lo que te encuentras, en esto como en tantas otras cosas, hay un trecho.
La adaptación en este hotel vino a significar que había una rampa en la puerta para poder entrar y un ascensor en el que cabía una silla de ruedas pero de los baños nada de nada. La verdad es que este problema lo hemos tenido en muchísimas ocasiones y algún día haré una entradita comentando temas de adaptaciones, pero este no es el caso hoy.
El caso es que en los baños que teníamos tanto Víctor como yo en nuestras habitaciones era imposible duchar a los chavales en silla ya que no se podía acercar lo suficiente la silla a la bañera como para poder meterlos dentro. Y sí, he dicho bañera, nada de ducha de obra ni plato de ducha...
Dentro de lo que cabe podemos decir que tuvimos suerte, ya que la habitación de Vero quedaba en la misma planta que las nuestras y en esta si que podíamos entrar con las sillas, por eso desde las primeras duchas Víctor y yo nos aliamos y cada tarde a la hora de duchas íbamos en peregrinación a la habitación de Vero para duchar a Prats y D.O.
Aquí venía la segunda parte del problema, ya teníamos dónde y ahora teníamos que pensar en el cómo, por sus necesidades tanto a Prats como a David había que ducharles sentados, y evidentemente los señores que decían que su hotel estaba adaptado tampoco habían pensado en esto y no había ninguna silla en el hotel que estuviese pensada para que pudiésemos meterla en la bañera para duchar a los chicos. Así que decidimos meter una silla de plástico, de estas blancas típicas de terraza de verano de las que hay mil modelos pero que son en esencia iguales. Esto no solucionaba del todo nuestros problemas ya que la silla era un poco grande y entraba pero con las patas apretándose hacia dentro.
En esta situación era cuando empezaban las duchas, metíamos a los chicos por turnos entre los dos y uno sujetaba y movilizaba al chaval para frotar bien por todas partes y el otro frotaba las partes en cuestión. Esto tampoco es tan fácil como parece, poneros en situación de meteros en una bañera en la que no cabe una silla de esas de plástico, a sujetar a dos personas que en aquel entonces pesaban entre 80-90 kilos con la bañera mojadita y un espacio justito para moverse. No es fácil os lo puedo asegurar.
Creo que ahora entenderéis la frase que me dijo Víctor. Y aquí viene la reflexión, es cierto que en estas condiciones no deberíamos aceptar trabajar, que nos ponemos en una situación que no es todo lo segura que debería y que es una tontería. Totalmente de acuerdo, pero decidme cuál era la alternativa, no nos iban a cambiar de hotel y no había otro sitio donde ducharles.
Con esto no quiero decir que no haya que tomar medidas para que estas cosas no pasen más, pero muchas veces en la vida nos vamos a encontrar con que las condiciones en las que tengamos que hacer algo van a ser una mierda y no hay más remedio que apretar los dientes y tirar para delante, la otra opción es plantarte y patalear.
Quiero decir que las condiciones de las duchas en general en todos los hoteles en los que he estado dejan mucho que desear en cuanto a adaptaciones se refiere aún cuando desde la agencia y desde el propio hotel te dicen que existen estas adaptaciones. Como mucho te encuentras una habitación adaptada por planta y la mayoría de las veces ni siquiera está bien adaptada. Como cierre, un baño adaptado es mucho más que ponerle una barra para que uno se pueda sujetar, hay gente que ni siquiera puede usar esa barra y a la que también le gusta viajar.
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