lunes, 24 de septiembre de 2012

A nadie le gustan las despedidas

A nadie le gustan las despedidas y mucho menos cuando parecen suponer un adios definitivo, menos todavía cuando no parece que haya una explicación sólida detrás. La Fundación ANDE, con la que hacía el voluntariado que estaba empezando a llenar de historias este blog, ha decidido cerrar el departamento de Ocio.

Hoy finalmente se ha hecho público y los móviles y las redes sociales se están llenando de mensajes con sentimientos dispares, abundan la tristeza, la frustración y la rabia. Cada uno nos enfrentamos a estas noticias que nos duelen de diferentes maneras, yo la mejor forma que encuentro de explicar lo que siento es robarle una frase a Elena Aguado, una compañera y amiga de los campamentos: "Es como si se rompiera una familia".

Sin embargo, quiero hacer un esfuerzo y no pensar en el dolor que me causa que me hayan quitado este trocito de mi vida. Creo que hoy, más que nunca, es el momento de valorar y recordar todas las cosas buenas que me ha aportado esta peculiar familia.

Empezaré por los chavales porque son ellos el motivo por el que hemos hecho este trabajo. Gracias a todos y a cada uno de ellos, por los buenos momentos que nos han hecho a encariñarnos con ellos, a no querer separarnos de ellos cuando terminaba cada actividad y gracias también por los malos momentos que nos han ayudado a aprender y a mejorar como personas.

Gracias a los coordinadores, porque sé el esfuerzo y el trabajo que supone cada actividad que nos toca realizar, porque sé el cariño con el que nos enfrentamos a cada coordinación, por los momentos difíciles que a todos nos ha tocado pasar y por esa voluntad continua de no querer quitar la sonrisa y hacer que la procesión vaya por dentro tantas y tantas veces.

Pero los que más merecen unas palabras de cariño y de gratitud son los voluntarios. Estas actividades no se podrían realizar sin ellos. En el momento en el que nos ha tocado vivir, donde lo económico parece dominar sobre el resto de aspectos de la vida, he visto a muchísimas personas desde que yo empecé en esto y todas con el ánimo de intentar hacer algo bueno por los demás. A mí esto me ha ayudado a reconciliarme con el mundo cada vez que me enfadaba por las injusticias que cada día vemos por la televisión. Veros a vosotros, apartando problemas sentimentales, de familia, laborales, económicos para pasar unos días trabajando como bestias en condiciones que a veces no son las más favorables... No tengo palabras para haceros llegar lo que para mí era esto.

Cada mañana que he ido como coordinador a despertar a los monitores, cada una de esas mañanas, levantar a la gente para un nuevo día de duro trabajo, sabiendo que muchos han podido dormir poco, que las noches son duras por ronquidos, gritos y pañales... Ver como después de todo empezábais el día con una sonrisa sabiendo que podía ser igual o más duro que el anterior, ver esto, lo conservaré siempre como prueba de que siempre habrá esperanza para que el mundo mejore si gente como vosotros anda suelta por él.

Quedáos con estos buenos momentos, los que realmente hayan sido importantes para vosotros y atesoradlos porque, como a mí, os darán fuerza para afrontar momentos más duros. Por mi parte seguiré escribiendo en este blog y será mi forma de conservarlos y compartirlos.

Quiero dejar claro que esto para es un hasta luego, la vida da muchas vueltas y los que ahora perdamos el contacto por el cierre de esta familia seguro que volvemos a encontrarnos en el futuro, siempre con nuevas historias que contar y sobre todo con todas las que siempre nos unirán, las que hemos vivido juntos en ANDE.


viernes, 21 de septiembre de 2012

MMEP: Como un papel de Magdalena

Otra historia especial dedicada también a Víctor por otro de esos grandes momentos y otra frase memorable que desde entonces ha sido de las más gráficas que he escuchado en la vida.

Esto ocurrió al ir a levantar a D.O. protagonista de la anterior historia, uno de los chicos de Víctor como recordaréis. Esta vez fui yo con él a la habitación, no recuerdo exactamente para qué, puede ser para echarle una mano o para que me diera algo que yo necesitase, vaya usted a saber...

El caso es que D.O. durante la siesta dormía con pañal. Cuando Víctor le estaba quitando el pañal, dijo "joder, esto es como quitar un papel de magdalena" efectivamente esa era la sensación al quitar aquel pañal, os preguntaréis por qué... La respuesta es sencilla, la siesta es un momento ideal para darse una alegría al cuerpo. Evidentemente no es un momento demasiado agradable, sobre todo por la sorpresa que implica el asunto. No tuvo esto más importancia, con D.O. nos echamos unas risas hablando de lo pícaro que era y simplemente le pedimos que la próxima vez nos avisara antes de encontrarnos con aquello de sopetón.

Tanto esta historia como la del circo, como otras muchas que he ido viviendo a lo largo de mi experiencia con este colectivo, me han hecho pensar en lo difícil que tienen estas personas hacer uso de su libertad sexual. Hay muchísimo escrito sobre este tema y cada vez más los profesionales que se dedican a trabajar con personas con discapacidad intelectual se forman y trabajan estos temas, ya que, en ocasiones, obviarlos por considerarlos tabú pueden incluso generar problemas de conducta.

En temas como estos lo mejor es que cada uno saque sus propias conclusiones, la mía es que hay mucho que hacer y muchos tabúes que romper, si de verdad trabajamos por la integración debe ser en todos los aspectos y éste es, simplemente, otra barrera que superar.

Os dejo un link de la página de la Asociación Sexualidad y Discapacidad en la que vienen unos cuantos documentos que nos pueden ser útiles para aprender sobre este tema y algunas herramientas para trabajarlos.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Y viene Dios y los sujeta

¿Qué haces cuando los medios con los que cuentas para hacer tu trabajo te parecen insuficientes? Opciones hay muchas, quejarte al jefe, buscar medios alternativos para hacer la misma tarea, rajarte y dejar de hacer ese trabajo o hablando en plata joderte, aguantarte y tirar con lo que haya porque hay que hacerlo y punto.

Este ha sido el caso en más de una ocasión a la hora de las duchas en los campamentos del voluntariado, el nombre de esta entrada en particular viene de una frase que dijo en aquel campamento un compañero voluntario y posteriormente también coordinador, Víctor Miñana, un auténtico crack.

La situación en la que dijo esta frase fue una tarde a la hora de las duchas, para poneros en situación os recordare que yo tenía en mi grupo a Prats un señor muy majete que va en silla de ruedas y Víctor llevaba a otro chico D.O. Supuestamente el hotel al que íbamos era un hotel adaptado para personas con discapacidad, pero de lo que te dicen a lo que te encuentras, en esto como en tantas otras cosas, hay un trecho.

La adaptación en este hotel vino a significar que había una rampa en la puerta para poder entrar y un ascensor en el que cabía una silla de ruedas pero de los baños nada de nada. La verdad es que este problema lo hemos tenido en muchísimas ocasiones y algún día haré una entradita comentando temas de adaptaciones, pero este no es el caso hoy.

El caso es que en los baños que teníamos tanto Víctor como yo en nuestras habitaciones era imposible duchar a los chavales en silla ya que no se podía acercar lo suficiente la silla a la bañera como para poder meterlos dentro. Y sí, he dicho bañera, nada de ducha de obra ni plato de ducha...

Dentro de lo que cabe podemos decir que tuvimos suerte, ya que la habitación de Vero quedaba en la misma planta que las nuestras y en esta si que podíamos entrar con las sillas, por eso desde las primeras duchas Víctor y yo nos aliamos y cada tarde a la hora de duchas íbamos en peregrinación a la habitación de Vero para duchar a Prats y D.O.



Aquí venía la segunda parte del problema, ya teníamos dónde y ahora teníamos que pensar en el cómo, por sus necesidades tanto a Prats como a David había que ducharles sentados, y evidentemente los señores que decían que su hotel estaba adaptado tampoco habían pensado en esto y no había ninguna silla en el hotel que estuviese pensada para que pudiésemos meterla en la bañera para duchar a los chicos. Así que decidimos meter una silla de plástico, de estas blancas típicas de terraza de verano de las que hay mil modelos pero que son en esencia iguales. Esto no solucionaba del todo nuestros problemas ya que la silla era un poco grande y entraba pero con las patas apretándose hacia dentro.

En esta situación era cuando empezaban las duchas, metíamos a los chicos por turnos entre los dos y uno sujetaba y movilizaba al chaval para frotar bien por todas partes y el otro frotaba las partes en cuestión. Esto tampoco es tan fácil como parece, poneros en situación de meteros en una bañera en la que no cabe una silla de esas de plástico, a sujetar a dos personas que en aquel entonces pesaban entre 80-90 kilos con la bañera mojadita y un espacio justito para moverse. No es fácil os lo puedo asegurar.

Creo que ahora entenderéis la frase que me dijo Víctor. Y aquí viene la reflexión, es cierto que en estas condiciones no deberíamos aceptar trabajar, que nos ponemos en una situación que no es todo lo segura que debería y que es una tontería. Totalmente de acuerdo, pero decidme cuál era la alternativa, no nos iban a cambiar de hotel y no había otro sitio donde ducharles.

Con esto no quiero decir que no haya que tomar medidas para que estas cosas no pasen más, pero muchas veces en la vida nos vamos a encontrar con que las condiciones en las que tengamos que hacer algo van a ser una mierda y no hay más remedio que apretar los dientes y tirar para delante, la otra opción es plantarte y patalear.

Quiero decir que las condiciones de las duchas en general en todos los hoteles en los que he estado dejan mucho que desear en cuanto a adaptaciones se refiere aún cuando desde la agencia y desde el propio hotel te dicen que existen estas adaptaciones. Como mucho te encuentras una habitación adaptada por planta y la mayoría de las veces ni siquiera está bien adaptada. Como cierre, un baño adaptado es mucho más que ponerle una barra para que uno se pueda sujetar, hay gente que ni siquiera puede usar esa barra y a la que también le gusta viajar.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Mundo RSC: ¿Qué es para mí la RSC?

Estreno nueva sección del blog. Se va a llamar Mundo RSC y en ella trataré de analizar desde mi punto de vista el mundo de la Responsabilidad Social Corporativa.

Es cierto que no soy un experto en RSC, de hecho, hace relativamente poco que me he enterado de que existe como tal a pesar de que, como he podido saber, lleva cierto tiempo entre nosotros y lo que es más HA VENIDO PARA QUEDARSE.

En el tiempo que llevo trabajando en esto, me he dado cuenta de que hay mucha información sobre este tema en internet, pero me he dado cuenta también de que muy poca gente fuera del mundillo de la RSC o de la empresa sabe de qué va esto. Y dado que la sociedad es un punto tan importante en esto de la RSC, creo que sería bueno que todos nos enterásemos un poco más.


La RSC es una forma de entender y desarrollar las empresas en el que éstas tienen en cuenta el impacto que su acción genera en todos aquello que tiene que ver con su actividad, es decir, el accionista, el empleado, el consumidor, el medio ambiente y en definitiva la sociedad.

A partir de aquí hay dos vertientes, la estrictamente legal y la voluntaria. La legal serían todas aquellas normas y leyes generales que existen en cada país y en el ámbito internacional para el desarrollo de las actividades económicas. Cumplir esas normas, sería el primer paso de la RSC y a priori el que más desarrollado está.

El segundo sería el que se hace de forma voluntaria y serían todas aquellas acciones que de forma voluntaria decide realizar una empresa que vayan en beneficio de alguno de los elementos que participan en su actividad (los que hemos dicho antes). En este punto me diréis algunos, claro claro, los accionistas entonces se hinchan a ser objetivo de RSC y para mí es en este punto donde está la clave del asunto. 

He leído últimamente muchas cosas sobre RSC y en muchas se peca de "buenismo". Bien es cierto que los programas de RSC no deben ir centrados en beneficio directo de los accionistas ya que, en principio, el conjunto de la empresa ya se dedica a eso. Pero tampoco es verdad (y aquí viene lo del buenismo) que la empresa vaya a hacer algo sin recibir nada a cambio.

No estoy pensando en ningún tipo de plan maquiavélico empresarial, pero vamos a ser serios, para qué sirven las empresas? Para ganar dinero, para qué vamos cada día al trabajo? Para exactamente lo mismo. A todos nos gusta ganar dinero y donde realmente está la clave de la RSC es en tener en cuenta e interiorizar que no lo vamos a hacer a cualquier precio.

Todo esto se resume de la siguiente manera, las acciones de RSC que lleve a cabo una empresa deben tener un retorno en beneficios para la misma. Este beneficio a priori no tiene por qué ser económico, pero a la larga debe traducirse en dinero, es más, a la gente que nos preocupe verdaderamente la RSC y la mejora del bienestar de todos nos debe interesar que así sea!!! Si las políticas de RSC le aportan beneficios a la empresa, ésta aportará más para esos proyectos con los que los creadores de proyectos podremos ayudar a que se beneficien cada vez más personas.

En el próximo capítulo de Mundo RSC, hablaré sobre qué tipos de beneficios que de primeras no son económicos a la larga se traducen no solo en dinero para la empresa sino en estabilidad para la misma.

Para entenderlo un poco mejor voy a cerrar con algunos ejemplillos teóricos de lo que serían compromisos de RSC sencillitos y puntuales:
  • Flexibilidad en horarios de entrada para facilitar que los padres lleven a los niños al cole.
  • Sistema de recogida de tapones de botellas para acciones que llevan a cabo en la industria del plástico.
  • Acciones de recogidas de fondos o donación de materiales sobrantes para ONG's.
  • Eliminar diferencias en sueldos para mismos cargos entre mujeres y hombres.
Este tipo de acciones son normalmente los primeros pasos que hace una empresa en el mundo de la RSC, pero como iremos viendo poco a poco, son los planes y proyectos a largo plazo y que implican a todos los integrantes de una empresa los que verdaderamente pueden suponer una diferenciación y un valor añadido para éstas. La RSC debe formar parte de la cultura de empresa para ser realmente eficaz.

martes, 4 de septiembre de 2012

Aquí tontos somos todos

La frase del título de esta entrada ha sido para mí uno de los momentos más curiosos que he vivido como monitor con personas con discapacidad. El protagonista de la frase fue J.F. el mismo chico que fue protagonista de la entrada anterior, la de la visita al hospital.

Esto ocurrió en ese mismo campamento un par de días después de la visita al hospital. Este chico suele tener buena actitud, aunque cuando se enfada tiende a hacer putaditas variadas y sobre todo a insultar, esto último cuando lo hace con los monitores es especialmente gracioso porque sabe que está haciendo algo mal y lo hace como con la boca pequeña.

Cuando discute con sus compañeros puede ser especialmente cruel, un ejemplo, tras discutir, no recuerdo de qué, con un chico que iba en silla de ruedas se puso a correr dando vueltas a su alrededor al grito de: "mira paralítico de mierda como corro que tú no puedes".

Este día en cuestión estaba discutiendo con otro compañero tampoco nada importante, y de repente el otro chico le dijo algo como "Joder J es que eres tonto". J.F. contestó "Tcht, tcht que aquí tontos somos todos". Yo estaba presente y en ese momento actuamos resolviendo el conflicto, hablando con ellos y consiguiendo que hicieran las paces, todo esto a la vez que aguantábamos un ataque de risa importante.

Cuando ya nos pudimos reír y se nos pasó el ataque, empecé a pensar en el fondo de la frase. Esa frase de J. F. pone de manifiesto una cosa que yo hasta entonces no me había planteado. Cuántos de estos chicos y chicas son conscientes de su situación, cuántos son conscientes de su discapacidad? Desde entonces he empezado a fijarme más y me he dado cuenta de que son muchos. Y es más, la gran mayoría de los que son conscientes de su discapacidad la aceptan y disfrutan de la vida todo lo que pueden.

Este análisis que ha sido poco a poco a lo largo de mucho tiempo me ha llevado a otras reflexiones, sobre todo viendo las reacciones que gente sin discapacidad tiene muchas veces hacia este colectivo. Muchas veces la primera reacción es de pena, compasión, lástima... el típico "Pobrecitos" que tantas veces he oído.

No es que esta reacción tenga nada de malo, ni mucho menos, a todos nos ha pasado alguna vez, es más, ese "pobrecitos" es el que ha hecho que mucha gente se anime a conocer al colectivo y a trabajar y vivir experiencias increíbles con ellos. Sin embargo, planteémonos ciertas cuestiones, ¿cuántos de nosotros somos realmente conscientes de nuestras limitaciones? ¿Cuántos de nosotros siendo conscientes de nuestras limitaciones las aceptamos? ¿Cuántos de nosotros aceptando nuestras limitaciones hacemos algo para superarlas?

Desde que he empezado a plantearme estas preguntas he empezado a conocerme mucho mejor, descubrir las limitaciones de uno, sean en el campo que sean es imprescindible para poder mejorarlas si es necesario, pero también es muy importante para conocer realmente y valorar cuáles son nuestras fortalezas y poder desarrollarlas mejor. Actividades que pongan a prueba tus conocimientos, tus capacidades y que te lleven al límite emocionalmente son las que pueden ayudarte a conocerte a ti mismo. La rutina del día a día en la que te encuentras seguro no ayuda a desarrollarse como persona.

En definitiva, "Aquí tontos somos todos", pero ¿quién es más tonto?, el que conoce sus puntos débiles o el que dice "pobrecitos" y nunca se ha parado a analizarse a sí mismo.